El próximo jueves 30 de diciembre, en el local social La Dinamo (Santomera), la plataforma No a la MAT de Cataluña nos visita para presentar La MAT: ¿A donde nos lleva el progreso?. Se trata de una plataforma integrada por varios colectivos que llevan varios años luchando contra el avance de una línea de muy alta tensión que se está comenzando a construir en Cataluña y que tiene proyectado atravesar la Península Ibérica para 2013.Estos son algunos fragmentos del texto en castellano que se está difundiendo desde la plataforma No a la MAT:
¿Qué es la MAT? Una línea eléctrica de 400.000 voltios que atravesará la Peninsula Ibérica, y que, en un futuro, pretenden que llegue hasta Marruecos y el norte de África. Una línea que dará salida a la sobreproducción eléctrica procedente de las centrales nucleares del estado francés, que la venderá bajo la denominación "vente à bien plaire", es decir, con precios menores a su coste de producción. En la práctica esto se traduce en expropiaciones (forzadas o pactadas), destrucción de la naturaleza, impacto paisajístico, riesgos para la salud ... Y aún más: nos quieren hacer creer que es totalmente indispensable que la economía siga creciendo. Y es cierto: para que el capitalismo funcione no puede plantearse nunca "ir hacia atrás", tenemos que seguir "progresando", cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
¿Qué fue la "okupación forestal"? Fue una ocupación de protesta contra las lineas de muy alta tensión. Una ocupación de los arboles (y el suelo) de la zona donde ya está situada la torre 114. Fue una acción que nunca antes se había realizado ni en Catalunya ni en el estado español. Unas 50 personas, el dia 17 de octubre de 2009 ocuparon la zona resistiendo hasta el dia 24 de marzo de 2010 cuando fueron desalojadas.
Nos han vendido la ilusión del progreso y los avances científicos como una panacea que liberará a la humanidad de sus miedos y que provocará una comodidad material nunca vista. Una comodidad que, curiosamente, nunca llegamos a alcanzar porque el progreso siempre nos crea nuevas necesidades, la mayoría inútiles. ¿Estamos, pues, en contra del progreso? Si este significa mercantilización de la energía, destrucción de la naturaleza, desequilibrios territoriales, cultivos industriales y transgénicos, centrales nucleares, desruralización (con la pérdida de sus valores) o ciudades que exigen del expolio de recursos externos... entonces sí, lo estamos.
¿Hasta qué punto estamos dispuestxs a ceder o abandonar cosas que damos por seguras? ¿Queremos el 90% de la porquería que nos venden? ¿Queremos químicos en el agua y en el aire? Más aún: estas cosas que damos por seguras... ¿De dónde vienen? ¿Vemos expolio y explotación en el café que consumimos? ¿Asesinatos de indígenas en la electricidad que compramos? ¿Guerra en la gasolina que nos venden?
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