¿Cómo lo viviste?
Ahora que poco a poco nos vamos recuperando, o mejor dicho vamos asimilando el superpelotazo que fue el encuentro de Sanación en Jardines de Acuario, os invitamos a participar en esta compilación de crónicas del encuentro.
Cláusulas para la participación
1- No importa si los relatos son buenos o malos, o mejor dicho que los juzgues como buenos o malos, porque sólo hay un relato bueno que es el relato sincero.
2- Son válidos todos los formatos y géneros: Novelado, poético, periodístico, etc etc.
3- También se acepta cualquier extensión, desde una palabra hasta veinte mil.
4- Puedes hablar del propio encuentro en su totalidad, o bien de los días previos, o los que siguieron después de acabar, o de un día, un taller, una experiencia en concreto, e incluso de un instante.
5- Vale todo aquello que salga del corazón.
Para participar simplemente abre un comentario a esta entrada copiando en él tu crónica personal. También puedes enviarlas a editorialcauac@yahoo.es
A primeros de junio imprimiremos una compilación gratuita de todo este material para tod@s l@s que hayáis participado ;-) Besicos sanadores,
Jontxu
Jejeje... voy a ser el Primero en Comentarrr.. jijiss:
ResponderEliminarAgradecido y Seducido,
por vuestras miradas y manos...
las que me "llovieron" si pedirlo...
las que fueron, vuestros regalos...
Y si Esperanza yo ya tenía...
ahora Certeza es lo que Siento...
Os lo Juro, No Miento...
La Magia Existe, en vuestros Bolsillos Venía...
Y en el mío... cómo no?..
que me pedisteis Abrazos y Besos...
y yo, pues como cualquier otro Hacedor...
Besos y Abrazos... repartiendo... travieso...
Y Danzar... y Bailar... y Cantar...
tanto, que todavía muevo el Esqueleto...
que mi Alma, llena de vosotros Va...
Y con Vosotros, de Vosotros, ahora Bebo...
Hasta la Próxima.
Hasta Ahora.
Hasta dentro de Ná...
Besos y Sonrisas,
Os Guiño el Ojo ;-)
Jose.
olé!!!
ResponderEliminarA continuación, un magnífico relato que me ha enviado Hanne:
ResponderEliminarLA NOCHE DEL METAL
Traaa-la-laaa triii-lo-liii ta-ta-ta ta-ra-ta-taaa ta-daaa ta-ta-ta-chaaan pi-ri-bum patapum trin-ta-trin tra-li-ro-lai tra-ra-ta-taaai.
—Dime.
—¡Joperlas, tía, ya podrías tardar una chispitica menos en coger el móvil! ¡Madre del amor herbóreo!
—Pero ¿a que mola la canción? Es la nueva de...
—Eh, escucha, que tengo que contarte algo que vas a flipar. He estado este fin de semana en ya sabes, en el encuentro ese al que llaman de sanación...
—Ya, con los frikis de tus amigos, que te han pegado su manía de decir expresiones raras.
—Escúchame, que lo que te voy a contar es alucinante. Fue el sábado por la noche. Antes estuve en varios talleres con mis amigos, que se encargaron de presentarme a la gente y explicarme cosas frikis sobre el calendario maya, que parece que está muy de moda ahora. Incluso hubo una obra de teatro extrañísima que había organizado una gente muy rara. Bueno, pero al grano: lo que te iba a contar es que después de todos los sucesos del día, cuando ya oscurecía, nos sentamos a charlar en los bancos del comedor y...
—... Y os quedasteis helados como témpanos porque seguro que allí, en la sierra, hacía mucho frío.
—¿Vas a dejarme hablar? Pues sí que teníamos un poco de frío, pero la conversación era animada y apenas nos dimos cuenta. Las estrellas brillaban en el firmamento y no se oía más que el rumor de nuestras voces cuando de repente...
—... ¿Te caíste del banco y te despertaste?
—¡No, boba! Fue algo mucho más...
—¡Ja, ja, ja!
—... Mucho más emocionante. Fue... un estallido de sonido, de luz de bombillas, de danza, de... de... de metal.
—¿Un quééé? ¿Un cuááá? ¿Un quicuááá?
—Un concierto de metal.
—¿De heavy metal? ¿Un concierto de heavy metal en un encuentro de sanadores?
—No, un concierto de metal ligero.
—¿Qué? Oye, ¿tú te encuentras bien? ¿Para qué me has llamado?
—¡Me pareció alucinante, en serio! No sé cómo describírtelo. Fue un plom-cataplom-plom, un plas-plas-plas, un deng-dong-dong, un clang-clong-clang, un...
—Chico, estoy empezando a preocuparme. Me paso por tu casa ahora mismo.
—¡No, no, espera! ¡O sí, sí ven y te lo explico en directo! Fue una explosión de alegría, de té chai con r... y música de cacharros y bailes desenfrenados y el buuum-buuum de un cucharón en el fregadero y el ritmo de los tambores y dos tías locas bailando sobre sillas inestables, agarrándose al toldo, y el público impresionado y un guitarrista emocionado y... y...
—Estoy por llamar a una ambulancia. A ver si te explicas de una vez. ¿De qué estás hablando?
—Del magnífico concierto de cacharros que surgió aquella mágica noche del 20 de marzo. Mira niña, había pensado en llevarte a un concierto de rock por tu cumple, pero se me ha ocurrido una idea mejor: llamamos a la peña y organizamos un concierto de cacharros improvisado con baile incluido. ¿Qué te parece? ¡Y para nuestra boda, otro concierto de cacharros! ¿No es la mejor idea que has oído nunca? ¿Eh? Eh, oye. Oye, ¿me oyes? ¡Eh! ¡Eh! ¿Qué ha sido ese golpe? ¿Estás bien? ¡Contesta!
Pirori... fin de llamada.
qué chulo hanneeee!!!!! :D
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarMe he divertido mucho escribiéndolo.
A propósito: ¿por qué no le organizamos a la Noe un "concierto de metal ligero" por su bo... su fiesta personal, su lo que sea?
¡La diversión está en nuestras manos, amigas y amigos mías y míos!
:D